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Spain Spain · Cáceres
Sinhué rating:
7
Drama. Mystery Real-life New Orleans district attorney Jim Garrison (Kevin Costner) sets out to investigate the murder of U.S. president John F. Kennedy. In the process, he discovers an intricate conspiracy involving a group of decadent gay men led by shady businessman Clay Shaw (Tommy Lee Jones), and numerous other co-conspirators, from the Mafia and right-wing Cubans to the CIA and future president Lyndon B. Johnson. In the meantime, Garrison ... [+]
Language of the review:
  • es
March 5, 2012
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A Oliver Stone le acusan y condenan, quienes trabajan en ello, por no decir amén a lo que escriben los vencedores. Cuestionar las "científicas" conclusiones, basadas en pruebas creadas para la ocasión, de los jefes del cotarro (C.I.A., multinacionales, señores de la guerra, banqueros judíos, etc....) no está bien visto por los poderes, que como todo el mundo sabe y además les conviene saberlo, son los poseedores de la verdad absoluta disfrazada de democracia que ¡vaya usted a saber!, a estas alturas de ceremonia de la confusión, qué es y en qué consiste.

En esta ocasión, basándose en más información y argumentos que los que utilizó la "justicia americana" para cerrar el caso; Oliver, apoyándose en el hombro del fiscal de Nueva Orleáns, Jim Garrison, que reabrió la causa de la muerte del presidente John Fitzgerald Kennedy (1917-1963), plantea un aluvión de preguntas y lanza una lluvia de hipótesis que si no sirven para esclarecer los hechos, al menos, demuestran que las explicaciones oficialistas carecen del más mínimo rigor, y que la negra realidad está oculta en la siniestra manga del poderoso brazo ejecutor; y que, para nada, tiene que ver con las milongas esas de: "el pueblo soberano", "la verdad siempre triunfa", "en democracia no tiene sitio la corrupción", "los culpables pagarán con sus vidas o con la privación de libertad",........ La manipulación se encarga de vender la información que interesa al poderoso, convirtiéndola incluso en conclusión histórica.
A quienes no comulgan sólo les queda denunciar el abuso y pregonar el "yo no me lo creo". La historia les obviará, como mal menor, o les convertirá en traidores a la patria y manipuladores al servicio de contubernios árabes o comunistas.

¡Larga vida a Oliver Stone, que se atreve a poner tracas en los férreos y cavernosos pilares de la "corrección política"!
Sinhué
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