Esta película empieza como una más de pijos franceses pero enseguida se vuelve en judicial (cosa que podía haber sospechado por el título). Toda la parte del juicio me ha recordado a "La chica del brazalete", se ve que los franceses le tienen bien pillado el truco a este tipo de películas.

El principal mérito del guion (adaptación de un libro) es encontrar la situación perfecta para generar debate. Que tengo que decir que esta situación en una sociedad saludable no generaría debate, pero lo genera porque vivimos inmersos (entre otras cosas) en una cultura de la violación. Y no lo digo porque me crea superior y os quiera meter a todos en la cárcel, yo mismo he crecido en ella, he sido partícipe en mayor o menor grado de perpetuar esta cultura y aún lo sigo siendo (y más de lo que creo) por educaciones, automatismos y miedos, que todo va junto. Pero amigos, ya va siendo la hora de cambiar un poco las cosas, ¿no? Un poco de esfuerzo. Porque aquí los argumentos de la defensa son "es que yo no quería, señoría", "es que no me dijeron que estaba mal, señoría" y cosas peregrinas de este estilo que si fueran aplicadas a cualquier otro delito serían de risa.

Volviendo a la película, a partir de esa situación "perfecta" para generar debate, pues no tiene más que generarlo en típico formato judicial, usando abogados, jueces y fiscales para enunciar de la forma más clara y brillante los argumentos de cada lado. De forma pretendidamente equidistante que no será del agrado de todos.

Hay unas subtramas paternales bien forzadas para darle contrapunto y contexto histórico al tema principal. Perfecto para una clase de ética. Como película, entre tanto argumento y punto de vista queda todo demasiado cuadriculado y con poco espacio para otra cosa, el arte, la psicología, no sé. Pero bien, son gustos.

Gustará a: Steinway & Sons, viejos verdes, abogados de oficio
No gustará a: judíos, becarias de TV, Baudelaire