Entrañable historia sobre las diversas vueltas que puede llegar el amor, y en donde se pone de entredicho esa línea que separa el amor heterosexual del homosexual. Para ello, se nos presentan dos mujeres: una de ellas, una periodista de mentalidad conservadora igual de neurótica que los personajes de Woody Allen; y la otra, una mujer liberal subdirectora de uan galería de arte. Por casualidades de la vida, ambas se conocen y lo que empieza como una amistad, termina convirtiéndose en una bonita historia de amor que tiene que luchar contra los prejuicios de la sociedad y de ellas mismas.

A pesar de que el argumento pueda dar a pensar que se trata una de tantas películas reivindicadoras del orgullo gay, en realidad es una película sobre el amor en si. No sólo tiene importancia el amor que existe entre las dos mujeres, sino que se aprecia mucha tensión sexual entre esas mujeres y algunos personajes masculinos. En definitiva, se puede decir que se trata de una oda a la liberación sexual y amorosa de la gente.

Toda la trama transcurre a través de un guión que convence sin hacer uso de florituras, un ritmo que podría haberse mejorado, y una agradable banda sonora con toques de jazz. Además, se agradece algún que otro momento cómico y el exceletne retrato de la sociedad neoyorkina.

En cuanto a los actores, destacar que, aunque desconocidos, logran a la perfección el propósito de hacernos partícipes de sus correrías.