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Antigua and Barbuda Antigua and Barbuda · Fea
Rodolfo Lasparri rating:
3
Sci-Fi. Action. Adventure Thomas wakes up in an elevator, remembering nothing but his own name. He emerges into a world of about 60 teen boys who have learned to survive in a completely enclosed environment, subsisting on their own agriculture and supplies. A new boy arrives every 30 days. The original group has been in "The Glade" for two years, trying to find a way to escape through the Maze that surrounds their living space. They have begun to give up hope. ... [+]
Language of the review:
  • es
September 9, 2014
14 of 24 users found this review helpful
Adaptación de la primera parte de la exitosa trilogía literaria escrita por James Dashner. Dirigida por Wes Ball, quién debutó como diseñador de efectos especiales para HBO y que se estrena hoy como director con esta producción destinada a un público principalmente juvenil. Amante de sagas, acné maquillado y chicos guapos.

El guión está excesivamente centrado en los juegos dialécticos de la narrativa del enigma. No sólo calcan la estética, sino que usan las mismas artimañas narrativas que usaba J.J.Abrams en su mítico Perdidos. Aquello que podría darse solo al principio a modo de introducción y gancho, al final nos persigue en casi toda la película. Me explico. El texto está trufado de expresiones al estilo: “¡No, no vayas!”, “Nadie ha regresado nunca de allí”, “Nadie sabe lo que hay”, “Él fue el primero que blablablá”, “Eres la última que blablablá”, “Nunca nos dijeron que blablablá”, “Si haces eso será lo peor de lo peor” y un largo etc. de dos horas. Herramientas narrativas que funcionan muy bien para generar misterio y profundizar en las relaciones entre ellos con pluma melodramática.

Imagino que este debate se daba en la sala de guión. “¿Les damos texto o les damos caña?” y ya que James Dashner, el escritor de la novela consta como co-guionista, ganó el texto. Así pues, de nuevo tenemos a un grupo de figuras de videojuego, que poco o nada nos interesa su existencia, y que se las pasan discutiendo tres cuartas partes del film. Y por lo que sabemos de los videojuegos, lo emocionante es superar pantallas. Subir niveles. Llegar al final. Vamos, correr. Y aquí Thomas no corre mucho. Lo emocionante es como Thomas se relaciona con los demás y va descubriendo su pasado. El laberinto, al final, queda como atrezo lejano. Eso si, un atrezo glorioso.

El diseño de efectos especiales va a cargo del mismo director Wes Ball, experto reconocido, que juega aquí con sus mejores cartas. Y el resultado es fascinante. La construcción del laberinto es majestuosa. Sin duda, el mejor personaje de la serie son esas callejuelas de hormigón vestidas de moho. Las gigantes paredes decoradas con kilométricas enredaderas se mueven al son de graves atmósferas y consiguen impactar lo suficiente como para tener ganas de perderse en el laberinto. Pero luego aparece el melodrama y quien quiere correr es el espectador adulto. Correr con un único objetivo: alejarse de la sala y colocarse lejos, muy lejos, de ese laberinto emocional adolescente.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details. View all
Rodolfo Lasparri
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