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Spain Spain · Madrid
mato rating:
9
War. Action. Comedy During the time of WWII, U.S. soldiers who are about to be executed, are offered a chance at reprieve. It all begins in German-occupied France, where Shoshanna Dreyfus (Mélanie Laurent) witnesses the execution of her family at the hand of Nazi Colonel Hans Landa (Christoph Waltz). Shosanna narrowly escapes and flees to Paris, where she forges a new identity as the owner and operator of a cinema. Elsewhere in Europe, Lieutenant Aldo ... [+]
Language of the review:
  • es
September 21, 2009
4 of 6 users found this review helpful
Tarantino es quien es gracias al cine. No sólo gracias a hacer cine, sino sobre todo gracias a ver cine. El cine le ha formado, le ha cambiado, le ha hecho forrarse. Le ha hecho ser quien es.
Él lo sabe, él sabe que para él el cine lo es todo. Por eso su obra más pensada, más trabajada, comienza con una sábana que podría ser una pantalla. Y al levantarse ésta, aparece un coche cargado de nazis, se inicia la tensión. Así empieza Inglorious Bastards. El cine se mete en la trama a partir de ahí, siendo un movie theatre el escenario principal. Pero con eso no le basta. Tiene que acabar la peli con la frase, casi tan cinéfila como autoirónica: "Creo que ésta va a ser mi obra maestra".
No puede ser más claro, el cine está en el planteamiento, en el nudo y en en el desenlace de la peli que nos llevaba anunciando desde 1996. Y por muchas expectativas que hubiera, ha vuelto a no defraudar. Ha vuelto a alcanzar la maestría, ha vuelto a ser él mismo.
Tiene todas las características de su cine: personajes a los que se presenta como leyendas, miles de saltos en el tiempo adelante y atrás, diálogos tan largos como sorprendentes, humor referencial, malos que no pueden ser más atractivos, buenos que no pueden ser más malos, violencia gratuita y música que parece nacida para la ocasión. Es puro Tarantino, es puro cine que satisface las expectativas, pero no se queda ahí.
Al introducir el cine y la historia en la narración, en la mezcla asoma de forma épica un mensaje integrador, que vuelve a lograr que tras las miles de risas y de tensión generada, te emociones como un niño cuando parece decirte que en la mezcolanza de razas, de vidas, de misterios, de géneros, está la vida. Está la vida mejor.
Negros, blancos, arios, judíos, da igual. Thriller, western, comedia, musical, da igual. El cine es la vida y la vida es el cine. Y en la mezcla de ambos, como en la mezcla de todo, es donde está el futuro, donde está el presente.
Tarantino lo sabe mejor que nadie. Porque él es quien es gracias al cine.
mato
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