"Re-Animator" es una tripería dentro de una casquería, en un matadero de los de antes, bajo un depósito de cadáveres, y en todas ellas sin bolsa para vomitar, en definitiva; una verdadera porquería, una auténtica asquerosidad. Una película que no recomiendo ver tras una copiosa cena, y que siempre me suscitó a preparar una receta de hígado encebollado.

Pero si usted es una persona con aguante, y nada remilgada, de los que jamás saldrían despavoridas de un cine quizá pueda disfrutar de un sentido del humor sumamente negro, de un gore recalcitrante o de una historia que se asemeja –con mucho peor gusto, evidentemente– a la del “Doctor Frankenstein”. O al menos eso es lo que me han dicho. Porque yo fui el tipo que vieron salir, anticipadamente, del cine, el día de su estreno; totalmente despavorido. Y por cierto, al que no quisieron devolver el precio de la entrada; que fueron unas buenas pesetas.

Postdata: le di un siete porque al final me salieron unos filetitos de hígado encebollado cómo para chuparse los dedos…