Una chica de 16 años es violada, ultrajada, humillada por cuatro militares ociosos y aburridos. La humillación y serie de calumnias a la que es sometida en el juicio son casi tan crueles como la propia violación. La ley puede ser tan vil como para salvar a cuatro violadores de la horca y acabar arruinando una vida, una familia, un amor verdadero. Cuando se manipula usando las argucias más bajas. Los argumentos más sucios y apelando a una doble moral. El abogado defensor recurre a eso y a la mayor falta de piedad y justicia, solo por el afán de ganar el caso y sin el menor escrúpulo hundir en el fango moral a una inocente junto a su familia. Ya nada será igual para estas personas cuando la ley se burla de la conducta de su hija. Y la convierte casi en culpable de haber provocado a esos brutos. ¿Todo vale para salvar a unos violadores de una pena mayor? Final muy logrado y que se ajusta al dramatismo de los hechos.