Escrita, dirigida y montada por éste director Iraní. Ópera prima y única, pues no ha vuelto a dirigir nada más en 20 años.
La historia es más que sencilla, simple y esquemática. Muy repetitiva en su estructura narrativa y con escasas sorpresas argumentales. Todos los días muestra la misma rutina de la misma forma y eso la hace aburrida y simplista. Los diálogos se suceden en el trayecto en furgoneta hasta la venta de leche. Siempre igual.
Así, nos muestra a los dos personajes de la película. No logran despertar interés. Salvo alguna curiosidad tipo ideas culturales sobre las diferencias del casamiento entre Irán y Afganistán.
Lo mejor, la interpretación del joven Afgano y sus tribulaciones amorosas.
Y sobre todo los paisajes rurales en algún pueblecito que no debe figurar ni en los mapas.
Rodada íntegramente en espacios naturales.