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Spain Spain · Cantabria
SergioRoiz rating:
7
Adventure Diplomats, soldiers and other representatives of a dozen nations fend off the siege of the International Compound in Peking during the 1900 Boxer Rebellion. The disparate interests unite for survival despite competing factions, overwhelming odds, delayed relief and tacit support of the Boxers by the Empress of China and her generals.
Language of the review:
  • es
January 27, 2023
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Vista ahora,más allá del valor sentimental, 55 DIAS EN PEKIN conserva todo el vigor del cine épico de los sesenta. La mirada, lógicamente, cambia con el tiempo y se detiene en otros detalles: todavía me impresionan las batallas legendarias y los decorados portentosos, pero me interesan mucho más los dramas individuales. Me seduce la elegante interpretación de David Niven , flemático en la forma y apasionado en el fondo; me asombra la arrogancia vulnerable del héroe Charlton Heston, duro por fuera y blando por dentro...y desde luego me cautiva la turbadora presencia de Ava Gardner, baronesa de enigmático pasado que nunca puede resolver.
Pero también, por encima de estas pasiones, hoy me conmueve especialmente la hija china del soldado americano. Personaje bisagra atrapado entre dos culturas, sus ojos rasgados parecen querer atravesar la pantalla para pedir un poco de cordura. Para ella no hay buenos ni malos, sólo padres perdidos en batallas que no entiende ni quiere entender. Con ella descubrimos la locura de la guerra y la violencia de la epopeya. Y sobre todo, con ella nos adentramos en el trágico reverso de la historia, esa otra historia que nunca aprendimos en los libros sino en las grandes películas de nuestra infancia.
En aquella adolescencia en blanco y negro, es lógico que una superproducción como 55 DÍAS EN PEKÍN, causara sensación. Quizá los detalles de la historia no quedaran grabados en la memoria, pero sí sus impresionantes decorados, sus excitantes batallas, sus arrebatadoras pasiones, toda esa multitud de extras de carne y hueso moviéndose a coro en perfecta sincronía. Y sobre todo, su exótica y peculiar reinvención de la China colonial, expresamente reconstruida a la medida de nuestras fantasías occidentales.
Empecé a dirigir teatro, aquella fastuosa película nunca olvidada reapareció en mi vida con fuerza singular. Ensayábamos EL PRINCIPE DURMIENTE, de Terence Rattigan, y para redondear el espectáculo necesitábamos un vestuario lujoso y de época, como mandan los cánones y el texto. Una y otra vez me venían a la mente los elegantes trajes del embajador británico en Pekín, los impecables uniformes de los oficiales, los chalecos, los zapatos, las botas, las sedas, los sombreros, los vestidos de Ava Gardner, el vestido blanco y el collar precioso de Ava Gardner...¿Sería posible conseguir algo parecido para mi montaje? La experiencia demuestra que nada es imposible: cuando descubrí que el auténtico vestuario de 55 DÍAS EN PEKÍN dormía en los talleres madrileños donde fue confeccionado, no cejé hasta lograr alquilarlo. Todavía me estremezco al recordar el prodigio.
Juan Carlos Pérez de la Fuente.
SergioRoiz
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