Yo también desconfiaría de alguien que le pusiera un 10 a una película. No existe la película perfecta como no existe la pizza perfecta. Pero este proyecto que tenía el listón tan alto (la cinta sueca tan próxima en el tiempo y la espléndida interpretación femenina aún fresca en la memoria) no sólo logra enganchar con una historia que ya sabemos perfectamente cómo acaba sino que logra fascinar al espectador, dejarlo en la butaca completamente enamorado de ese par de personajes, esperando cada plano, cada escena por pequeña que sea, cada diálogo.

Estos personajes son sin duda como las buenas canciones. Se disfrutan varias veces, no una sóla.

Y les diré algo. Su estructura, los cambios respecto al libro y respecto a la primera adaptación, funcionan mejor. Y el tiempo que le dedica a los personajes en la primera hora para que nuestra atención se centre en la historia y no quede eclipsada por el retrato de Salander, magistral.

Y es que... Supera con creces a la versión sueca.
Y es que... No todo remake americano tiene que ser una basura comercial. David Fincher es uno de los grandes. Y está en forma.

Los actores en estado de gracia, la dirección brillante y el guión excelente.

Por supuesto que no existe la película perfecta, pero ojalá todas se parecieran a ésta.

Lo mejor: Todo.
Lo peor: Nada.