Es, sin duda, la mayor epopeya de temática histórico-bíblica jamás contada. El espectáculo hecho película.

Hollywood hace gala aquí de lo que es volcarse al 100% en todos los aspectos de un film para que éste resulte un exitazo a toda costa, dejando totalmente a un lado la posibilidad de fracaso. La película (con una duración de casi cuatro horas) se ve cómodamente ya que, aun habiendo innumerables papeles secundarios de igual importancia con diferentes historias paralelas, estas están tratadas de una forma amena a la vez que exhaustiva, al tiempo que los personajes se presentan y evolucionan de una forma muy personal y atractiva a lo largo de la historia. Todo un reto de montaje, el conseguir que un film tan largo resulte lo suficientemente interesante y dinámico como para ser capaz de verlo de un tirón.

En cuanto al lo demás, se podría definir con una sola palabra: Espectacular. Cuidadísima en todos los aspectos; un vestuario de lujo, unos decorados impresionantes, una ambientación excelente (aunque algo kitsch, típico de las coloristas superproducciones hollywoodienses de los años 50), banda sonora colosal y sobre todo, sobre todo unos efectos especiales que rompieron moldes. La escena de la apertura del Mar Rojo o de la columna de fuego, asombraron al mundo y se cuentan como verdaderos hitos en la historia de los efectos especiales . Hoy en día, aunque ya no resulten tan espectaculares, asombran por su perfección y siguen siendo igual de vistosos.

Injustamente, ganó un solo Oscar de los siete a los que estaba nominada. Fue, obviamente, el Oscar a los mejores efectos especiales.

LO MEJOR

- Es un espectáculo visual de principio a fin.
- Los efectos especiales.

LO PEOR
- Muy larga.
- Se echan en falta más primeros planos que ayuden a centrarse aun más en las emociones de los personajes