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Kick'Em Ars rating:
10
Western A band of brutal outlaws led by the bitter Pike Bishop (William Holden) is decimated when a railroad company ambush led by Pike's old pal Deke Thornton (Robert Ryan) turns into a bloodbath. Barely escaping, the six survivors head to Mexico with Thornton's cutthroat bounty hunters in hot pursuit. They get on the good side of a Huerta warlord named Mapache (Emilio Fernandez) by taking his commission to steal U.S. Army guns in a daring ... [+]
Language of the review:
  • es
September 2, 2007
143 of 159 users found this review helpful
En la escena en la que el grupo de bandidos llega al pueblo natal de Ángel, uno de los viejos del lugar manifiesta: “Todos soñamos con volver a ser niños, incluso los peores; tal vez los peores más que nadie”. The wild bunch es una película llena de figurantes infantiles. Los niños conviven con los adultos. Participan, a su manera, de la vida adulta: empujan a un par de escorpiones contra un ejército de hormigas y después les prenden fuego, acompañan al desfile del ejército de salvación con risas y brincos, juegan a dispararse con el dedo índice extendido, corren tras el vehículo que arrastra a Ángel por el suelo y alguno monta en su espalda. ¡Pero si un bebé es amamantado por una madre cuyo pecho casi está tapado por una canana! Los niños se suman a la violencia porque la han mamado. Y la asumen como un juego.

Pike, Thorton, Sykes… son viejos cansados de la vida. Fueron niños que aprendieron que la vida no es un juego. Y son salvajes y violentos, no pueden ser de otra forma, no han recibido otra educación. La acción de The wild bunch se enclava en la revolución mejicana, en una lucha de humildes hormigas contra un poderoso alacrán. El pesimismo y la esperanza se dan la mano.

Sam Peckinpah, guionista y director, creó una película de violencia exacerbada, muy elaborada gráficamente, muy vívida, al ras de los personajes. Pero la opción de Peckinpah por mostrar el horror de las armas es determinante. The wild bunch se abre con una cruenta matanza sin sentido y se cierra con otra, igual de sangrienta, pero totalmente justificada: del enfrentamiento de Pike y compañía a Mapache y sus acólitos no cabe otro desenlace. Sus caducas vidas, historiales de excesos, claman a gritos un final que se salga de la regla. Cansados de la vida, con la imposibilidad de recuperar la inocencia, pero deseosos de terminar a lo grande, de ser recordados, de cambiar el mundo, a mejor… Buscan su final, pero solo saben matar.
Kick'Em Ars
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