Al principio parece la típica película de adolescentes en busca de juerga, que se van de vacaciones al Paraíso y allí son víctimas de asesinos despiadados que estaban esperando una buena remesa de turistas americanos, como pudimos ver en "Turistas" y "Hostel". Pero esa no va ser la historia en esta película, así que prepararos para sorprenderos.

Un grupo de jóvenes se va a Cancún de vacaciones y se queda en el complejo bebiendo, tomando el sol y divirtiéndose, prácticamente toda su estancia. Sólo cuando llega Mathias, un turista alemán al que acaben de conocer y que les propone ir a buscar a su hermano desaparecido a unas ruinas mayas prácticamente inexploradas, deciden que es una buena idea e ir a verlas. Todo muy lógico sí. Será aquí, en estas ruinas, dónde encontrarán su ruina, pero ésta se manifestará de una forma diferente a la que estámos acostumbrados y con la que va a ser prácticamente imposible luchar.

Es una película entretenida y que trasmite perfectamente la angustia y la sensación de que no hay escapatoria posible, que sienten los protagonistas, que por un lado se enfrentan a lo desconocido, las peculiares plantas que moran la pirámide, y por otro, a un grupo de autóctonos que se muestran muy agresivos y les amenazan con matarlos si se atreven a bajar de la pirámide. Hay un par de escenas un poco fuertecillas, pero a las que no llamaría gore ni mucho menos, que le dan un poco de chispa a la cosa.

En definitiva, una película de terror que cumple su función, entretenernos y compartir la angustia y la tensión con sus protagonistas.