Película icónica en su día. Lamentablemente me temo que quizá no haya envejecido con toda la dignidad deseable. Y es que presenta determinados aspectos un tanto "naïf"; en concreto y principalmente su banda sonora, partidaria de subrayados que se quisieron conmovedores y que hoy se escuchan sonrojantes.
"Serpico" es un evidente vehículo de lucimiento para su protagonista absoluto, Al Pacino, excelente actor, pero, a mi humilde juicio, algo afectado. Y eso durante sus flamantes primeros pasos, pues su joven afectación ha acabado por degenerar en una histriónica madurez. Aquí luce pelazo y poblada barba, y crea tendencia ostentando floreados estilismos "hipster" y un enorme pastor inglés casi tan frondoso como su cabellera. Además, observa con esa mirada somnolienta suya - impagable la escena de la cata de marihuana-, y da una lección de integridad policial extrema.
Pese a no estar entre lo más granado de su producción cinematográfica, el pesimismo antropológico de Sidney Lumet se manifiesta en cada fotograma y en los dos temas en torno a los cuales se estructura la cinta: la corrupción como problema estructural, y, a la sombra de éste, la inviabilidad de las relaciones de pareja.