El protagonista, Burt Simpson, un poli con ganas de jubilarse la próxima semana, es desahuciado por un error médico. Le quedan escasos días. Burt intenta que le maten en acto de servicio para que, con el importe del seguro de vida, su hijo de 10 años pueda ir a Harvard y labrarse un futuro. Con esta premisa, arranca el disparate. Persecuciones, tiros, coches destrozados, de todo menos puñetazos y artes marciales. Esto último se agradece particularmente para no cansarnos más.

El tono es desenfadado pero no hay gags cómicos, no hay chistes y abundan las secuencias familiares sentimentales. Este aspecto hace que rezume a telefilm de sobremesa. Total, que la empiezas a ver con la idea de divertirte un rato y comienzas a torcer el gesto porque el guion se estira menos que un felpudo de arpillera y no hay mucho que no hayamos visto ya repetidas veces.

"M'a llamao" la atención el nombre del poli, Burt Simpson, porque la película es del año 1990, cuando ya era célebre Bart, el primogénito de los populares "Los Simpson". Será una casualidad.