Lo cierto es que se deberían estrenar en la gran pantalla de un cine más películas de acción como ésta, donde los tiros, la violencia y las escenas de acción no sean lo único destacable, sino que exista una intriga y una incertidumbre continua que sea capaz de acompañarnos durante toda la trama.

Simplemente, Phillip G. Atwell consigue una mezcla que roza la perfección (dentro del género correspondiente lógicamente); una combinación de acción e intriga que mantiene en vilo al espectador hasta el último momento, sacando dicho film del grupo de películas del montón, haciendo de cada uno de sus 100 minutos un minuto imprescindible, que no sería recomendable dejar de ver para no perder el hilo de la trama y obligando al espectador a poner su máxima atención si éste no quiere perderse ningún detalle clave para acabar comprendiendo por completo el final del largometraje.

Bien es cierto que sigue tratándose de una película de acción donde lo que más destaca son las palizas que reparten a diestro y siniestro Jason Statham y Jet Li, pero dentro de lo simple que podría llegar a ser un film de estas características mi opinión es que, en este caso, guión y argumento están considerablemente trabajados; eso sin contar el buen desenlace final y la sorprendente y original conclusión de la historia narrada, así como una decente interpretación de los personajes.

Una película entretenida contando además con detalles de buen cine que dejarán con un buen sabor de boca a todo amante del cine de acción y simpatizante de los finales inesperados.