Sheridan se reafirma en este crudo thriller como un guionista agudo y brillante a la hora de retratar la oscura realidad americana. Además, en esta cinta, demuestra también una admirable capacidad de dirección; ya que "Wind River" desprende ingenio y destreza tanto en su montaje como en el tono solemne de sus escenas. A pesar de su aparente quietud y estabilidad, el recorrido de la trama me fascinó y me mantuvo en tensión en todo momento. Llega incluso a cobrar más mérito lo dicho al recordar que visioné este filme a horas intempestivas. Sin embargo, en ningún momento sentí que perdiese fuerza este relato frío, violento y desolador.

Como ya hiciera en anteriores guiones (Sicario, Comanchería), Sheridan se muestra autocomplaciente representando un mundo duro y amargo, siendo ya esa negra realidad un leitmotiv en su corta obra. Realmente me fascina la tremenda capacidad de este cineasta para dotar a sus historias de un poderoso influjo, el cual suele aparecer diluido en la atmósfera, en el escenario y los personajes que rodean a los protagonistas. Todo parece calculado al milímetro en este thriller maravilloso que logró arrancarme bastantes lágrimas, sinceras y verdaderas todas ellas. No hay trampas en el cine de Sheridan, es la realidad.