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Spain Spain · Zaragoza
Juan Solo rating:
2
Drama It tells the story of a young female university student who spends her free time performing as a stuntwoman in TV programmes and movies, immersed in dangerous situations that wind up with the death of her body double. At first glance it could appear to be an obsession fuelled by her appetite for risk-taking, but in reality it is the way in which the athletic young woman tricks herself into sublimating a horrible sense of guilt: that of ... [+]
Language of the review:
  • es
November 10, 2016
19 of 24 users found this review helpful
Se echa de menos al Tornatore más inspirado de otras épocas, y no tan lejanas, “La mejor oferta” es de hace cuatro días como quien dice, es de 2013. No está mal el punto de partida que se dispone a desarrollar un tema ya clásico en el cine y en la literatura, el del amor que sobrevive más allá de la muerte, y que se ha visto ya muchas veces en pantalla, desde “El fantasma y la señora Muir” del maestro Mankiewicz hasta la más reciente “Post data: Te quiero”, pasando naturalmente por “Ghost” y otros ejemplos. El problema radica precisamente en ese desarrollo algo torpón que termina convirtiendo la propuesta en una paranoia absurda e insufrible.

Arranca la película con una escena que se antoja toda una declaración de intenciones; Jeremy y Olga comiéndose la boca apasionadamente en la habitación de un hotel dando alas a lo que parece un amor furtivo. Bueno, pues así toda la película, oiga. Jeremy y Olga dándose arrumacos, reales primero, cibernéticos después cuando ya no hay más remedio. La presunta gracia está en que resulta que él se muere, lo sabe, pero no quiere que su amada se entere. Ella es especialista de cine, es una especie de maniaco- depresiva que arrastra un sentimiento de culpa galopante, tiene más números para palmarla que él que es quien finalmente la palma. Y entonces, y para que no se sienta sola cuando él ya no esté, el hombre se encarga de dejarle en los meses previos al fallecimiento toda una serie de mensajes en los que a través del WhatsApp, del Skype y yo qué sé cuántas modernas tecnologías más, seguirá diciéndole que la quiere, la quiere y siempre la querrá. Todos estos mensajes serán distribuidos convenientemente y a su debido tiempo por los más diversos emisarios, cómplices elegidos a conciencia por el finado.

Y puede que a Jeremy y a Olga, el jueguecito les funcione y hasta les resulte entretenido por un tiempo y se sigan amando con locura y diciéndose te quiero y te quiero hasta el infinito y más allá. Para el sufrido espectador desde luego la experiencia resulta de lo más aburrida. Al principio la chica se queda más mosqueada que la del ramito de violetas de Cecilia, pero luego ya se lo toma como algo casi normal. ¿Suspense? Más bien suspenso. A Tornatore se le enreda el cable del teléfono y el del ordenador todo a la vez. A la película le falta algo de sutilidad y de filtro, alguna elipsis de vez en cuando no hubiese venido mal. Que cada vez que aparece Jeremy en la pantalla diciendo “te quiero, mi niña” no solo te entran unas ganas locas de invadir Polonia sino que además muere un gatito en el mundo. Cansino que eres, oye.
Juan Solo
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