Con una animación 3D que parece 2D, Lorena Ares dibuja la historia de Hanna, una niña fascinada por los monstruos. En su empeño por conocer a uno, la pequeña aparece en un pueblo lleno de seres dispares, que le hacen ver –como su padre al inicio de la cinta– que las diferencias nos hacen únicos. Bajo su inocencia, la protagonista nos enseña a relacionarnos con los demás dejando a un lado los miedo y prejuicios.

Su tono infantil y sus diálogos poco articulados hacen cercano el mensaje al público de menor edad, pero se incluyen también referencias más adultas. El paisaje colorido y los entrañables personajes ayudan a conformar este canto a la tolerancia, a los amigos y a todo aquello que nos hace singulares.

www.contraste.info