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Argentina Argentina · Buenos Aires
urbana rating:
9
Drama Georges and Anne are in their eighties. They are cultivated, retired music teachers. Their daughter, who is also a musician, lives abroad with her family. One day, Anne has an attack. The couple's bond of love is severely tested.
Language of the review:
  • es
March 3, 2013
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Abordar el tema de la vejez, el paso del tiempo, la enfermedad y la muerte es un delicado desafío. Nadie desea enfrentarse con este tema, más bien tendemos a huirle, a evitarlo. Nuestra sociedad no gusta de la vejez y hasta puede sentir un cierto desprecio hacia ella. Los viejos no suelen tener cabida en un entorno que sobrevalora cada vez más la juventud y prefiere no asumir el paso del tiempo y el proceso natural del deterioro de nuestro ser. Cosas que, por cierto, no son más que parte de la experiencia humana.

Michel Haenecke nos enfrenta con este tema de una manera honesta, profunda y magistral. Nos sumerge a fondo con una mirada serena, madura, sin sentimentalismos y ahorrándonos cualquier golpe bajo, a través del retrato de un matrimonio de ancianos, soberbiamente encarnados por Jean Louis Trintignant y Emanuelle Riva. Pero Haenecke no nos habla solamente de la vejez y de la enfermedad. Hay otro tema también omnipresente y que se pone de relieve a lo largo de toda la cinta, y es el amor. Porque pienso que es de esto de lo que este director nos quiere hablar. No por nada el filme ostenta este hermoso título.

Así, el filme nos muestra la intimidad y la complicidad de este matrimonio, metidos en el micromundo de su oscuro departamento parisino, rodeados de sus libros, sus pinturas y su música. Irremediablemente les tocará enfrentarse con la enfermedad de ella y con un doloroso proceso cuyo desenlace ya es conocido para todos nosotros. La aceptación de la fragilidad del ser amado y la impotencia por no poder hacer nada por remediarlo se entremezclan con la manifestación de un amor íntegro, maduro, en su estado más puro y sincero. Cuando el deterioro de una enfermedad nos da pudor y no deseamos mostrarnos ante los demás, solamente nuestro compañero amado estará allí para contenernos y refugiarnos con su afecto y su calidez.

Nada podemos hacer frente a la certeza de la muerte que en algún momento de nuestra vida, con mayores o menos inconvenientes, nos espera. Lo único que nos resta es intentar aferrarnos mientras estemos vivos a eso que probablemente le de un verdadero sentido a nuestra vida: al amor.
urbana
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