EL PACTO, se mueve por la intelectualidad de las frases profundas e ingeniosas, el estilo rompedor, rebelde... y en cambio, existe cierta superficialidad latente, cobijada por una apariencia veraz que pretende alojarse en lo sutil.

A medida que avanzaba fue fluctuando, pues discurría perdiendo potencia e interés. Comenzó a imitarse a si misma, como un retrato del que se han obtenido muchas copias idénticas.

Viendo esta película descubrí que yo lo padezco: "El miedo a desagradar", por eso procuro siempre empatizar con quien tengo en frente destacando sus cualidades más evidentes. No se trata de adulación, sino la necesidad de establecer complicidad.