Las influencias de las dos películas de David Fincher "Seven" y "Zodiac" le hacen un flaco favor a este nuevo thriller ambientado en 1990 sobre una asesino en serie de mujeres. Por cierto el título hace referencia a las pequeñas cosas aparentemente insignificantes que realmente importan cuando uno está resolviendo un caso.

Joe Deacon es un ayudante del sheriff que trabaja en Bakersfield. Su jefe de Joe lo envía a hacer un recado a Los Ángeles, en el pasado trabajo allí siendo un excelente detective, pero algo ocurrió que ensombreció su carrera: Se obsesionó demasiado para encontrar a un asesino pasándole factura. Al enterarse de que están investigando nuevas muertes similares a los casos que tuvo, decide quedarse unos días para ayudar...

Denzel Washington se siente muy cómodo en su papel, aunque no es bien recibido en la comisaria tiene el semblante muy tranquilo aunque por dentro tenga herido el orgullo por culpa del pasado. Contrasta muy bien con Rami Malek más inquieto e impulsivo con mucha menos experiencia. Destaca mucho más Jared Leto, un tipo inquietante parecido a Manson que es el sospechoso principal.

El director de la película, John Lee Hancock (Un sueño posible, Emboscada final, El fundador) escribió la historia a principios de los 90 pasando el guion por muchas manos Danny de Vito, Clint Eastwood, Warren Beatty y hasta Spielberg, pero le proyecto nunca llego a buen puerto. Treinta años después ha sido el mismo el encargado de dirigirlo intentando que tu atención se centre mucho en las pistas y detalles. Lo que ocurre es que no consiguen las piezas encajar del todo. Quedándose en un thriller de suspense policiaco poco original, pero no carente de interés para resultar atractivo y entretenido. 
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