"Hot fuzz" está tan en la línea de "Shaun of the dead" que casi me atrevería a decir que repetirá sensaciones, agradará a los seguidores de la primera, aburrirá a los que no vieron el sentido al citado film de zombies y a los que, como a mí, nos produjo una hora y media de entretenimiento les volverá a suceder lo mismo. En sí, el estilo de Edgar Wright y Simon Pegg de ritmo ágil, buen humor aunque a veces desmesurado, el sentido irónico y absurdo de la realidad, sigue allí aunque cambiando de escenario. Lo que en principio es una buena premisa, el traslado del protagonista a una ciudad tranquila obligado por su excesiva y molesta eficacia pasa por buenos momentos y algunos altibajos y termina con un traca final destacable. Wright convierte su "Buddy Movie" en una especie de "Sólo ante el peligro" porque el mencionado pueblo no es ni mucho menos tan tranquilo como parece a raiz de unos misteriosos asesinatos. Es una película que se puede ver más de una vez porque el entretenimiento está asegurado ahora bien no se puede buscar dentro de "Hot Fuzz" nada apreciable más allá de su libre cachondeo y su buen hacer tras las cámaras. Es una comedia declarada y orgullosa de serlo pero no trasciende al intelecto y corre el riesgo de quedarse en film de culto para unos cuantos y amable y ocasional recuerdo cinematográfico para la mayoría.