Like a virgin ... con esa conversación te empieza a enganchar Quentin. Frases como esas encandilan a uno en la butaca. Acompañada de una gran banda sonora, que hace algunas escenas de la película sean inolvidables. Dame una fábrica, cuatro pistolas, un grupo de buenos actores, cinco localizaciones y gente para atrezzo que montaremos una gran película. Montaje impecable, su estructura está muy bien calculada. Los planos están genialmente compuestos, en ningún momento se echa en falta algo. Quizá su "revolucionaria" estructura espacio-temporal resultara caótica en su época, pero para mi gusto se entiende a la perfección. Geniales diálogos entre los personajes, por no decir de los nombres utilizados para los actores.

Lección de cine, que puede considerarse digna del más serio Sundance, pero que no tiene nada que envidiar a las grandes superproducciones de Hollywood. Bravo Quentin.