El guión esboza a una serie de personajes, demasiados, sin llegar a concretar y definir a ninguno, con lo que el director forma una amalgama de historias que son el cemento de la película. Pero ese edificio, la película, no llega a superar los basamentos y el espectador solo ve un armazón en el que tiene que imaginar lo que podría encontrarse revistiéndolo. Es cierto que se ha incluido una intriga como consecuencia de unos asesinatos, y eso le hace al espectador estar más pendientes de las historias. También esta intriga le da cierto dramatismo al conjunto y nos hace pensar que todos no son tan buenos como parecen. Realmente está bien dirigida y se le saca partido a una serie de actores que, sin ser especialmente buenos, van dándonos pinceladas de sus personajes, y si no llegan a conformar el personaje completo no es por culpa de ellos, sino del guión que, como he dicho antes, no llega a definirlos. Se pasa un rato entretenido y consigue que el espectador se haga preguntas sobre su propia vida, sobre esa falta de amor que todos tenemos. Pero no hay demasiada profundidad.