" - Vámonos a casa. - No puedo. - ¿Por qué? - Tengo que saltar. No puedo echarme atrás. - ¿Por qué? - Si me echo atrás, me llamarán cobarde..."

Brillante dirección al servicio de una mítica y poética narración. Poderosas imágenes que quedan grabadas de forma indeleble en la retina del espectador, y no sé si una película puede recibir mayor elogio. Porque el cine, a fin y a cabo, entra por los ojos. Nunca esta de más recordarlo.

Después de un enfrentamiento, dos niños vuelven a su hogar, para encontrarse con la sorpresa de que su padre, a quien no conocían, ha regresado tras 12 años de ausencia. Ante las dudas y el miedo, los niños optaran por la condescendencia o la rebeldía. No interesa cómo el padre ha venido. Interesa que lo ha hecho. Y que tiene intenciones de realizar un viaje.

Y comenzará un viaje iniciático, por los bellos parajes del norte de Rusia, a modo de una dramática y psicológica road movie, para llegar a esa isla. Esa isla, sombría, aterradora, desesperante que se vuelve otra protagonista. Esa isla, ese bosque, donde una empalizada de sentimientos y emociones se abrirán paso a modo de una gran metáfora sobre la madurez, sobre el aislamiento, sobre el amor, sobre la fraternidad, sobre aprender a vivir en el mundo.

Y superar los miedos, miedo que suele conllevar vergüenza, pero que no es lo mismo que cobardía, después de todo el miedo es también una emoción inteligente que a veces evita que uno corra riesgos innecesarios. Lo importante es que no nos haga incapaces de confrontar nuestra propia vida.

Una de las mejores películas en lo que va de siglo, con actuaciones memorables de sus protagonistas, cuya transparencia permiten ver la intimidad más recóndita, la inconexión, las fronteras, lo desconocido, el pasado y el presente, la existencia sobre la que obra pretende versar. Uno de los encuentros entre padre e hijos más honestos que ha narrado el cine. Todo retratado con una calidad artística insuperable, con una fotografía casi monocromática, azulada, una musicalización que ahonda aún más en nuestra memoria y en nuestro corazón.

Una obra perfecta, anímese a este viaje, y verá que el regreso habrá valido la pena. Imprescindible.