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El Criticón rating:
5
Action. Thriller After the British Prime Minister has passed away under mysterious circumstances, all leaders of the Western world must attend his funeral. But what starts out as the most protected event on earth, turns into a deadly plot to kill the world's most powerful leaders and unleash a terrifying vision of the future. The President of the United States, his formidable secret service head and the secret agent Mike Benning are the only people that have any hope of stopping it. [+]
Language of the review:
  • es
April 30, 2016
8 of 10 users found this review helpful
Si la primera entrega ("Objetivo: La casa blanca") era un divertido despropósito rebosante de testsosterona y digno heredero del mas puro cine ochentero, esta secuela es un despropósito fascistoide que casi iguala los peores filmes de Chuck Norris en el peor sentido argumental y político. Poco importa que todo árabe sea tomado por terrorista, es mas, incluso se justifican las peores acciones de los ejércitos occidentales matando hombres, mujeres, niños, etc con la única excusa de que es la única manera de acabar con un terrorista. A medida que avanza la película, nos damos cuenta que aquí lo único que importa es la vida del presidente norteamericano en un ejercicio vergonzoso del "porque yo lo valgo" o lo que es peor aun de "mi vida vale mas que la tuya". Da igual que mueran otros muchos presidentes de otros países o ciudadanos o policías (todo eso sucede y mas aun) porque en realidad aquí solo vale que nuestro protagonista ponga cara de estreñido y acompañe a su amado presidente de la manita de un lado a otro matando a todo moro que se le ponga por delante. La acción es torpe y ridícula, rozando el surrealismo mas anacrónico hasta acabar en una especie de videojuego donde da igual que matasen a nuestro protagonista porque lo único que hay que hacer es darle a un botón y volver a comenzar el juego. Ahí radica el anacronismo: nos pretenden contar una historia dramáticamente real en un escenario falso, irreal y propio de una consola de videojuegos. La carga dramática de "Objetivo: Londres" es tan psicológica y emocional como un caramelo sin abrir, la narración es plana y se limita a un "corre corre que te pillo", las interpretaciones rozan lo ridículo y los efectos especiales son de traca. Y lo peor de todo, tiene ese tufillo fascistoide típico de las películas de los hermanos Golan de los 80s. Peligroso...
El Criticón
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