Una enorme película que funciona como una reflexión ante la verdadera (y única) cara de una guerra, con batallas cruentas y enfermizas. Donde una banal foto, izando una bandera de los Estados Unidos se convierte en el símbolo para conseguir dinero de las personas, para de esta forma continuar financiando la guerra.

El poder de la imagen utilizada para la propaganda es impresionante, el uso que se le da a ella y el significado que se le dio en los Estados Unidos, estamos ganando la guerra. A pesar de que en el campo de batalla se muestra algo totalmente diferente.

Esa foto, y su historias (o historias) funcionó a su vez para crear unos héroes, aquellos valerosos hombres que lograron levantar y “conquistar” la isla de Iwo Jima, convirtiéndolos en un instrumento más de esa maquinaria propagandista ya mencionada. Héroes inventados que volvieron a su país a ser parte de eso.

Cuestión que solo les sirvió para revivir las experiencias de la guerra, del desembarco, de las batallas, del curioso momento en que izaron la bandera. Héroes inventados convertidos con los años en héroes olvidados. Utilizados como simples productos para conseguir dinero.

Película que para muchos pasa sin pena ni gloria, para mi es una obra importante, una reflexión bastante digna que logra Eastwood, dándole importancia al lado humano de esos soldados vistos en muchas ocasiones como simples ogros sin sentimientos. Dándole importancia a la fraternidad y compañerismo de ellos.

“Los verdaderos héroes yacen muertos en esa isla”