Pocas veces una comedia americana nos había ofrecido un humor tan inteligente como grosero. El sencillo guión de "Horrible Bosses", sin ser nada del otro mundo, parte de la premisa hitchkoniana de "Strangers on a Train", utilizada muy hábilmente por Danny DeVito en "Throw Momma from the Train" (1987) y sacándole aún más partido en esta desternillante comedia negra sobre el difícil arte del asesinato y la búsqueda del crimen perfecto. El film de Seth Gordon resulta de lo más divertido, irónico, y desenfadado. Contiene una galeria de personajes freaks antológicos: una libertina Jennifer Aniston sin ningún sentido del pudor ni del ridículo, un orondo y cocainómano Colin Farrell, y un altivo y psicótico Kevin Spacey en estado de gracia. Sus empleados son Charlie Day, Jason Sudeikis, y Jason Bateman respectivamente. Los tres están muy creíbles en sus respectivos roles y la química funciona a la perfección en esta efectiva maquinaria de puro entretenimiento y diversión. Mención especial para un sorprendente Jamie Foxx, que machaca todos los prejuicios raciales delictivos y juega a la perfección con su irónico y ambiguo personaje. Es muy recomendable para pasar un rato divertido y olvidarte por un momento de las difultosas relaciones profesionales que debemos afrontar durante nuestras obligadas ocho horas diarias.

LO MEJOR: La sencillez de la historia, Jamie Foxx, Colin Farrell, y la persecución en coche de Kevin Spacey.

LO PEOR: Todo ocurre demasiado rápido sin dejarnos tiempo suficiente para digerir los potentes gags.