Como es habitual en el cine de Kim Jee-woon, una obra con una estética y una fotografía bellísimas, aparte de su gran BSO. En este caso, nos presenta una película que a mi parecer se le ven las costuras desde el inicio y se me hizo algo previsible, no se si es por la cantidad de películas que he visto o porque en este mismo género ya hay algunas que hacen algo similar.

Aunque con todo lo que he comentado al principio, que la hace parecer un drama de época, es única en su género.

No es de mis favoritas de ese boom del terror oriental a finales de los 90 e inicios de los 2000, pero es una buena película en la que ya se veia apuntando maneras a su director.