Cuando este género ofrece una comedia romantica inteligente, que no insulta a tu inteligencia, una comedia probablemente real o casi, que es divertida y refrescante, estamos de enhorabuena. Y es que Crazy, Stupid, Love, es precisamente eso, loca y estúpida como el mismo amor.
En el reparto nos encontramos con el conocido Steve Carell en un papel que le sienta como anillo al dedo, secundado por un correcto Ryan Gosling (este es su año). El resto del reparto cumple con nota destacando especialmente las divertidas apariciones de Marisa Tomei en un papel hilarante. La película pertenece al género de la comedia romántica por excelencia, es decir, sin estridencias ni salidas de tangente. No quiere convertirse en un híbrido ni destacar por su originalidad. Pero sí desprende una frescura que hace que, al menos, no la olvides demasiado pronto. Los golpes de efecto están bien escogidos, los momentos divertidos muy bien medidos y su parte dramática bastante bien ajustada. De hecho y sin ir más lejos, no contamos esta vez con el trillado y edulcorado final al uso de este tipo de cintas, y eso se agradece. Infinidad de comedias de este tipo terminan con todos los personajes rebosando felicidad y nosotros con un subidón de azúcar para ir a urgencias. En esta no es del todo así, lo que la hace más real.
Se dan cita aquí todos los amores conocidos y por conocer. Quedan retratados fielmente en cada personaje. Los que perduran, los efímeros, los divertidos, los que te cambian, y los que no se olvidan. Y ningún personaje queda exagerado o desdibujado. Ese es el gran punto a favor del film.
No se puede decir que sea el colmo de la originalidad en un género donde todo (o casi todo, quién sabe) se ha rodado y dicho ya, pero sí es cierto que destaca entre ese aluvión que produce Hollywood año tras año y que se nos viene encima de tanto en cuando.
Todo comienza con la típica crisis de los 40 que sumada a la crisis matrimonial del personaje de Carell le hace evolucionar hacia un individuo mucho más divertido, alocado y arriesgado de la mano de un mentor estupendo como es Gosling. A partir de aquí todo se enlaza y se complica hasta límites insospechados. Y lo cierto es que resulta francamente divertido.

La recomiendo. Los que gusten de comedias románticas la disfrutarán. El resto seguramente también. En esto del cine unos de los objetivos es divertirse y pasar un rato ameno. Con Crazy, Stupid, Love se consigue.