Señores, qué quieren que les diga, he visto la primera hora y me ha resultado más útil que un cocktel de Valium y ansiolíticos, muy muy aburrida. Entiendo que hay cierto tipo de cine que hay que verlo desde una perspectiva muy determinada y El último hurra está en esa lista. Véanla si les gusta la política, pero no la de hoy en día, no, la política que se hacía en la América profunda de finales de los 50´s, casi nada.

El argumento es tal que un señor se quiere presentar a la reelección como alcalde por quinta vez, enfrentándose a un mozalbete apoyado por la parte más conservadora (háganse una idea) de la ciudad. Con estos dimes y diretes entra en juego el sobrino del alcalde, un periodista que trabaja en el periódico del archienemigo de éste y que provocará tensiones continuamente entre los dos.

Bien, en mi opinión, el cine, como la literatura y el teatro, es diversión, y si una película a los 50 minutos te resulta un plomo, seguramente la mejor opción es no terminar de verla.