Los ateos no entenderán esta película. Los judíos le escupirán. Los musulmanes se reirán. Es una película sólo para cristianos. Mel Gibson dirigió la mejor película de Cristo. La crueldad como nos presenta los hechos. La dureza de algo que realmente sucedió, en este film esta plasmado de una manera conmovedora. Yo veo esta película una vez cada cierto tiempo para recordarme lo mezquinos que podemos ser los seres humanos y para poder entender el propósito de mi fe. No les pido a los no creyentes que me entiendan. Francamente no creo que puedan hacerlo. Mas si les digo que esta película nos recuerda el verdadero motivo de nuestra existencia, de nuestro ser, de lo que es el compromiso con el bien, y de lo que es el amor de Dios por nosotros.
Mel Gibson desafía todos los cánones, ataca los conservadurismos, expresa con franqueza lo que fue la vida y muerte del mártir más grande de la historia. Esta película no será olvidada y pasará a la historia como la que más nos choco cuando la vimos. La que más criticamos cuando salimos de la sala. La que nos dejó pensando antes de poder dormirnos. Esta película refuerza la fe cristiana, nos hace sentir complacidos con la obra de Dios. Les parecerá extraño, pero a mi me da fuerza, me da voluntad para seguir creyendo y respetando la Ley del Señor.
Yo no le recomiendo esta película a nadie que no se haga llamar de verdad y con sinceridad cristiano. Ahora sí, todos los cristianos tenemos que verla, porque es la clara y expresa realidad del hijo de Dios, nuestro Mesías.