David Trueba lo petó con "Vivir es fácil con los ojos cerrados". Algo perfectamente entendible teniendo en cuenta que es una gran historia narrada de forma muy solida y natural. Esa historia de personajes que huyen buscando algo, que no deja de ser encontrarse a ellos mismos, no por más veces vista resulta menos interesante. Ahora además tenemos el aliciente de que esta basada en un personaje real de esos que se hacen querer, genialmente interpretado por Javier Cámara.
"Vivir es fácil con los ojos cerrados" es una joyita con dos puntos débiles. Su arranque, demasiado disperso hasta que el espectador se aposenta en la historia. Y el hecho de que es una muy buena película, pero de esas que se olvidan tan fácilmente como se ven. No es de esas cintas que dejan poso en el espectador.
Aunque hay que admitir que para una cosa sí que le servirá "Vivir es fácil con los ojos cerrados" a David Trueba. De aquí en adelante sí que se le podrá adjudicar la coletilla de: "Del director de...". Además de darse a conocer al gran publico, claro.