Segunda parte de las peripecias del oso gamberro y esta vez con un argumento aún más surrealista si cabe: boda del osito e intención de tener un hijo con su pareja (humana). Se echa de menos a Mila Kunis, cuya ausencia no tiene que ver con declinación suya o desacuerdo contractual. Simplemente el director quiso cambiar y aunque Seyfried cumple bien su papel creo que no era necesario ese cambio.

La película es lo políticamente incorrecta que cabríamos esperar, con abundancia de gags y chistes verdes y alguno relacionado con las drogas. Por ello, si nos hizo gracia la primera no tiene por qué no gustarnos ésta. Pero tratándose de una comedia, su duración es demasiado larga y es algo que ya se notó en la primera parte. En la presente, se hace más patente ese alargamiento con la división de la trama en varias fases que van añadiendo situaciones que no se relacionan directamente con el argumento principal. Ello no quiere decir que la cinta sea aburrida, sino que le hace perder consistencia al guión. Por lo demás, encontramos múltiples referencias a cine actual (Frozen, 50 sombras de Grey, etc, Jurassic World...), más coñas relativas a las redes sociales y algún cameo curioso al margen de la reaparición de Sam Jones.

Un último apunte: quédense hasta el final de los créditos, que hay una pequeña escena final.