Esta obra nos ofrece una propuesta algo diferente a lo habitual, de manera que aparca los clásicos juegos de subir y bajar el volumen con los ¡chan! y clásicos sustos chorra. Por otra parte, tampoco se desgaja de los recursos acertados de Wan con esas apariciones subliminales que causan auténticos sustos y en otras ocasiones parece que se introducen pequeños guiños a las pesadillas de Freddy Krueger. También hay espacio para el drama familiar, que suaviza de alguna manera la carga de terror.

El guión construye una historia cuyo sentido intentamos descifrar a media que avanza la película, construyéndose algunas escenas de tensión altamente efectivas (señalo mi favorita en spoiler) y también otras que causan horror al instante. Con todo, es una película que tampoco "muestra" demasiado y ahí puede tener tanto sus simpatizantes como aquellos que queden un poco decepcionados. También existe un buen trabajo interpretativo y especialmente de las mujeres, como la madre y la hija.

Sin embargo, pese a tener escenas y situaciones de terror, a mi parecer no consigue mantener el efecto en todo el metraje debido a su ritmo lento y las dudas que genera la película con hasta dónde quiere llegar con su planteamiento, aunque se termine resolviendo de manera satisfactoria. No desciende al despropósito de Madre y ni mucho menos a la decepción de la sobrevalorada It follows, pero no supera a la saga de Expediente Warren.