Sexta película protagonizada por Johnny Weissmuller y Maureen O'Sullivan, sobre el personaje creado por Edgar Rice Burroughs en 1912.
En esta ocasión y a diferencia de sus antecesoras, la acción de la película, se desarrolla en gran parte en la ciudad de Nueva York, cambiando los exóticos parajes del monte "Mutia" por las no menos peligrosas calles de "La gran manzana".

El guión.
Al igual que todos los filmes de la serie, su argumento está desarrollado con sencillez y eficacia, resultando muy entretenido.
La primera parte de la película, situada en los típicos paisajes del monte "Mutia", posee un ritmo trepidante; desencadenándose en ella casi todos los elementos aventureros presentes en los anteriores filmes. En la segunda, la acción transcurre en la ciudad de Nueva York; hecho este, que constituye una novedad para el espectador y que contribuye en cierta manera, a des encasillar a los ya conocidos personajes.

El apartado técnico.
En este aspecto, Tarzán en Nueva York obtiene unos resultados francamente notables, ofreciendo unas escenas de acción muy bien filmadas y con el aliciente, de poder admirar los magnificos decorados de la monumental ciudad estadounidense, donde nuestro héroe, se desenvuelve casi tan bién como por los enormes arboles selváticos del monte "mutia".

De la jungla a la gran ciudad.
El contraste entre los dos ambientes, resulta realmente chocante y un tanto bizarro en cuanto a las peripecias vividas por nuestro héroe, dotadas de una cierta comicidad que hacen de este filme, una pieza única y emblemática.
Hay que hacer referencia también, a la crítica un tanto naif que se nos ofrece una vez más, del deborador sistema que regía y continúa rigiendo la civilización occidental.
Tarzán y su familia, no encajan de ninguna manera en este mundo dominado por el materialismo, el estrés y la deshumanización; por lo tanto, luchan incansablemente para mantener su modo de vida.

En resumen.
Tarzán en Nueva York, significa el intento de renovar una formula que había dado muy buenos resultados, pero que ya estaba caducada: a pesar de las innovaciones, el filme no obtuvo el éxito esperado y la Metro Goldwin mayer, vendió todos los derechos a la RKO. De esta manera, se puso fin a la serie de películas más emblemática que se han hecho nunca sobre el personaje de Tarzán.
A pesar de ello, la RKO produjo seis películas más, como una forzada continuación a las ya mencionadas, pero aunque también son entretenidas y fueron protagonizadas por Johnny Weissmuller y Johnny Sheffield, nunca alcanzarían la calidad de las producidas por la Metro, ni mucho menos, a transmitir su indudable magia y encanto.