Nolan enseña al mundo como hacer buen cine partiendo de un sólido guión perfectamente estructurado, llevando la complejidad de los personajes al maximo y en un thriller psicológico hipnótico.

El film desde el comienzo no da respiro al espectador donde la impecable banda de sonido penetra las entrañas hasta el final y con un manejo de cámaras pocas veces visto.
El personaje del Joker es impecable. Cada vez que escuche el nombre Joker solo vendrá a mi mente el rostro y cuerpo de Heath Ledger, donde encarna a un sicótico homicida que solo quiere ver al mundo arder en llamas. Cada segundo en pantalla provoca cierta incomodidad y encanto al mismo tiempo en una soberbia interpretación, convirtiéndose probablemente en el mejor villano de la historia del cine.
Pero el Joker no lo es todo en el film. Christian Bale personifica a un Batman mas complejo de lo conocido en Begins, haciéndonos entender lo que es realmente Batman y su sacrificio por los demás. Su impecable interpretación nos lleva a conocer su atormentada vida en búsqueda de un mundo difícil o imposible de enderezar.
Aaron Eckhart como Hervey Dent realmente sorprende a lo largo de la historia y su personaje cobra tanta fuerza como el de Bale y Ledger, aportando un dramatismo en la trama que dejará a mas de uno con la boca abierta.
Gary Oldman siempre cumple y en esta entrega lo hace aun más, al igual que las breves apariciones de Freeman y Caine. Maggie Gyllenhaal como Rachel sale mejor parada que Katie Holmes en Begins.

Los efectos especiales desde ya son impactantes al igual que los efectos de sonido.

Las casi tres horas que dura el film no parecen aburrir en ningún momento con un final emocionante e impecable. Dark Knight pasa a ser un clásico del cine...y del bueno.