Luego de muchos años, hace pocas horas tuve la oportunidad de ver nuevamente este notable producto del NO menos NOTABLE Director Alan PARKER. Esta especie de remake (volverla a disfrutar) me dió la posibilidad de profundizar en aspectos de fondo que, generalmente cuando uno ve una película (ó lo que sea) por vez primera, no alcanza a vislumbrar o no termina de entender adecuadamente.
No recordaba que otro grande, Oliver STONE, tuvo a su cargo la básica tarea de llevar a la pantalla un hecho de la vida real que, en este caso presentaba aspectos que podrían dañar la sensibilidad de otros (así fué que el personaje central y verdadero de esta historia, con el transcurrir de los años, se disculpó públicamente "in situ" de la nación turca).
El correr de los años reafirmó que las responsabilidades y labores tanto de Parker, como de Stone y de John Hurt, no fueron casualidades.
En fin, también me sirvió para recrear una época de mi vida y para recordar que la administración del Presidente NIXON "tenía una espina en el zapato" que no le permitía a EEUU. relacionarse abiertamente con el gobierno turco.
La obra pintó con crudeza y objetividad una realidad que mostró al mundo, todavía verla "pone piel de gallina".
Un cordial saludo,
Humberto (El Rosense)