La encargada de seguridad Reese es el vínculo entre la película de 1998 y ésta. Ella se encarga de resumir a la protagonista lo ocurrido en la anterior película, es decir, una serie de asesinatos cometidos imitando distintas leyendas urbanas.

Tras esto, la protagonista decide comenzar a rodar una película sobre un asesino que se guía por leyendas urbanas. El ambiente donde ocurría la primera película me gustaba más que la escuela de cine donde transcurre ésta.
Además, las leyendas que servían de guía al asesino en la primera eran más conocidas e interesantes: parece que ahora ya no quedaban ideas tan buenas, y además están peor atadas, quedando una película más inconexa.

El resto transcurre siguiendo las clásicas pautas del género: asesinatos, gente que aparece misteriosamente en el lugar del crimen, muchos sospechosos, alguna escena buena (me quedo con la bañera llena de hielo) y los tradicionales e inesperados giros del guión en el tramo final.

Para quien le guste el terror adolescente.