Cruella (2021).
No voy a negar que estaba deseando visionar el último trabajo de Emma Stone, en este caso acompañada por otra Emma, ésta consagrada por los años y la excelencia de sus interpretaciones, y que se apellida Thompson.
La película se enmarca dentro de ese estilo de cinta de héroes o villanos de fantasía donde domina el realismo siniestro, uno de cuyos últimos ejemplos fue Joker, y de los primeros el Batman de Christofer Nolan.
Cruella es divertida, tenebrosa, a ratos despiadada, siempre más oscura que luminosa, trágica en ciertos momentos y nunca ñoña, aunque sepa tocar la tecla sensible alguna vez. Cruella es cruel, y en la película lo demuestra, por eso no es una cinta para niños, sino para aquellos que crecieron en los años sesenta contemplando los 101 Dálmatas de Dysney y odiaron a Cruella y su ignominioso abrigo de piel de dálmata.
Si este es el nuevo tono y concepto de las películas que tratan sobre la biografía de los personajes más interesantes de los mundos fantásticos de Dysney, Marvel, DC, Star Wars y vaya usted a saber, bienvenido sea, porque ese toque de naturalismo doloroso, de resaltar los inevitables defectos y traumas que a todos nos conforman y justificar con ellos historias oscuras, enriquece el cine y lo hace cada día más hermoso. Viva el cine y Emma Stone, que cada día está más fascinante.