Precious es preciosa. Además de ser un juego de palabras, Precious en realidad es una película muy dura que llega al corazón pero que te deja un muy mal cuerpo. Precious maneja los ya trillados tópicos de los films de su género y hace que lo disfrutes con una fuerza hasta inesperada, es muy difícil no dejarse conmover con el final y con una que otra parte sensiblera. Además de la ambientación que muestra su director con la pobreza y la desesperanza como puntales de su mensaje. Aunque suene a otro juego de palabras, con Precious probablemente te quedes mal la pases bien, disfrutando de las actuaciones, que son brillantes, y que sin duda son la parte más fuerte del film. Mo'Nique, es sin discusión lo mejor de la película, dando una actuación muy potente y convincente. Mientras que Gabourey Sidibe fue, sin dudas, la revelación de aquel año y, considero, que debió ganar el Oscar ya que nos deja una interpretación brillante.