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Francisco Javier Millan rating:
3
Sci-Fi. Mystery. Action. Drama Trying to stop reaching their goal of Technological Singularity, which will lead to create a world where computers can transcend the abilities of the human brain, a member of a radical anti-technology organization shoots a famous computer scientist. Being terminally ill, other scientists download his body into a computer. This grants him power beyond his wildest dreams, and soon he becomes unstoppable... Debut film of known ... [+]
Language of the review:
  • es
June 23, 2014
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El director de fotografía Wally Pfister ha decido en su opera prima heredar todos los vicios posibles del cine de Christopher Nolan, con él que ha trabajado conjuntamente en la última década.
Mientras el director de “Origen” y “El caballero oscuro” maneja a la perfección los diferentes niveles de sus películas, sin olvidar el grado de comercialidad. Pfister descuida esto último, entregando una cinta impersonal llena de “trascendencia” basada en la tecnología y en universos distópicos, y en la idea de que con los ordenadores podemos hacer prácticamente de todo. Algo que todavía es difícil creer, y más cuando resulta en ocasiones arduo conectar una tablet o un portátil a una cañón de proyección, por poner un ejemplo.
Todo en la película suena ha visto, muchos tendrían que hacer memoria cinematográfica y descubrir títulos como “El cortador de césped” o “Virtuosity” donde estas mismas ideas ya estaban presentes, aunque en un universo tecnológico todavía en pañales, si lo comparamos con lo que estamos viviendo ahora.
Si en los 90 nos podríamos llegar a creer con nuestra inocencia (no teníamos ni móviles) que las realidades virtuales y los seres inteligentes podían vivir dentro de las máquinas, ahora resulta poco menos que increíble y eso que hemos alcanzado cierto grado tecnológico “a pie de calle” bastante considerable.
Es curioso observar como los universos distópicos resultan mucho menos creíbles cuando la realidad que se nos presenta en pantalla, es que a golpe de ratón o de móvil podemos llegar a hacer cosas maravillosas hasta incluso llegar a regenerar heridas y cuerpos prácticamente muertos.
Pfister no infunda ningún tipo de conexión con el público, a su película le falta el alma necesaria para que logremos traspasar nuestra mente lógica y nos dejemos atrapar por un relato ficticio y lleno de nuevas posibilidades.
Los actores están insípidos, sobre todo Johnny Depp, cuya posibilidad de hacer personajes “normales” resulta ya imposible. Al espectador casi le va a costar reconocerlo, sin un cuervo muerto en la cabeza o con toneladas de maquillaje sobre su rostro.
El resto del reparto, aunque con nombres destacables, es tan olvidable o más que la propia película.
Francisco Javier Millan
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