Los viajes en el tiempo son una realidad. Y hay por ahí mucho lunático suelto dispuesto a aprovecharse de ello para usar tan revolucionario adelanto para cambiar el mundo y la historia a gusto del consumidor.
El gobierno se hace con los servicios de un agente viudo para evitar catástrofes y, de paso, que él mismo emplee el cacharro para salvar a su esposa de un destino en el que muere.
Bueno qué, ¿os suena?
Pues hablo de una peli de Van Damme, la segunda en su periplo con Sam Raimi y un mucho más manejable (quién lo diría) Peter Hyams comparándolo con John Woo.
No, no sale Rodolfo Sancho. Y no, tampoco es una idea original como desde luego no lo era 'El Ministerio del Tiempo' y la serie similar estadounidense a la que aquí tuvieron el cuajo de demandar por plagio (imagino que no a Mike Richardson, creador del comic original que publicaron en Dark Horse).
¿La chica a (no) salvar? La novieta de un tal Ferris Bueller y primera -aunque olvidada- Harley Quinn, Mia Sara. Y no especifico qué rol desempeñaba Ron Silver porque... bueno, es Ron Silver.
Puro sci-fi de sesión matinal tocado de un espíritu tan evasivo como ágil es su ritmo y falta de más pretensión que hacértelo pasar bien y que Van Damme experimente con la laca en el mayor pelotazo en la taquilla -algo más de 100 milloncejos- de su carrera.
¿Parte mala? Que no se sacase provecho del look de JCVD convenciéndole para que interpretase simultáneamente un biopic del Puma, y que la escena del spagat no ocurra cuando casi le atropella un camión.
El resto de 10.