Hay dos posibilidades con esta película: que la hayas visto tiempo después de haber visto la primera o que la hayas visto a modo de "maratón" de Ron Burgundy y te la hayas tragado poco después de la original.

Yo caí en el segundo grupo. Tan sólo un día después y con ganas de llegar a Anchorman 2, me tragué este refrito que no acabé de entender. Me empaché pronto y pensé que Anchorman no es en realidad tan buena película, pero al día siguiente vi su secuela y me pareció todavía mejor, por lo que mis temores sobre ésta se acrecentaron.

Entiendo que Adam McKay hiciera esta película con trozos e imágenes inéditas de la anterior, entiendo que quisiera amortizar el tremendo reparto que seguro se llevó gran parte del presupuesto. Es una buena manera de sacarle partido y no dejar en el olvido horas de metraje sin usar, pero no quiere decir que vaya a comulgar con la película, como ha sido el caso.

Como digo, está también la otra posibilidad. Si hubiera visto esta película, digamos un año después de ver la original, hubiera servido de recordatorio para saber por qué me gustó tanto.

Es un buen complemento para aquellos que adoren la original. Para los que simplemente nos gustó es bastante innecesario, asomando el empacho por encima de la diversión.