En el nombre del padre recrea la historia de los cuatro de Guildford que puso en evidencia el sistema legal del imperio británico en una historia de justicia (o más bien de injusticia) perfectamente adaptada al cine por Jim Sheridan.
La película no aburre en ningún momento a pesar de su larga duración e incluye unos momentos de gran belleza. Un maravilloso guión y un trabajo sublime en todos sus aspectos hacen de esta película un referente en el género.
Daniel Day-Lewis consigue con su increíble actuación meter de lleno al espectador y logra traspasar la pantalla haciendo sentir la impotencia ante un sistema que necesitaba encontrar unos culpables para calmar las ansias de venganza del pueblo británico ante los ataques de los activistas del IRA.
La película muestra sorprendentemente bien la madurez de Gerry, presentándonos un hippie y rebelde joven personaje que va evolucionando por los acontecimientos que forzosamente se le presentan. También cabe destacar la actitud de una sociedad, que trata de culpables a aquellos que todavía no han sido juzgados y posteriormente aplaude y apoya a aquellos que aun no han sido liberados dejándose llevar por el contexto social.
Una de las mejores películas de los años ’90, con un Daniel Day-Lewis soberbio y un rigor histórico envidiable.