Hidden es una de las mejores películas de género fantástico de los ochenta sin la necesidad de enseñar a criaturas imposibles recubiertas de látex o silicona. Funciona casi mejor como thriller que como película fantástica, y gracias a su gran suspense Jack Sholder consigue enganchar al espectador casi desde el principio.

Es posible que aquellos que busquen un festival ochentero queden considerablemente decepcionados, porque no es una de esas películas que han envejecido mal o de la que te puedas reír. La experiencia ante Hidden en 1987 es exactamente la misma a día de hoy (2015), lo que demuestra su enorme inmortalidad basada en su buen planteamiento.

Hay que destacar en Hidden a sus interpretaciones, con un muy destacable Kyle MacLachlan en uno de sus mejores papeles acompañado de un no menos acertado Michael Nouri. Esta investigación recuerda en ocasiones al Blade Runner de Ridley Scott, no sólo en la histeria del quién es quién, sino también en determinados planos de acción que se suceden por toda la película.

Por si la película no es buena ya por sí sola, la guinda del pastel llega con ese enorme epílogo que le da a todo un sentido casi terrorífico. Hidden es sobre todo una película que se ve distinta al resto del cine fantástico ochentero.