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Adrián Cantor rating:
6
Drama. Romance Inspired by the true story of Danish artists Einar Wegener and his wife Gerda. It starts with a question, a simple favor asked of a husband by his wife on an afternoon chilled by the Baltic wind while both are painting in their studio. Her portrait model has canceled, and would he mind slipping into a pair of women's shoes and stockings for a few moments so she can finish the painting on time. "Of course," he answers. "Anything at all."
Language of the review:
  • es
February 24, 2016
15 of 16 users found this review helpful
“Todo el pensamiento moderno es permeado
por la idea de pensar lo imposible”
(Michael Foucault)

Einar Wegener o para ser más exactos Lili Wegener fue la primera persona en relazarse una cirugía de cambio de sexo, un individuo con un notable éxito artístico y un personaje perfecto para Tom Hopper quien le encanta hacer historias biográficas “atípicas”.
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX el género era socialmente determinado con rudeza, siguiendo a la teoría Queer actual, el género es el resultado de una construcción social ficticia, o como diría Foucault “la Homosexualidad apareció como una de las figuras de la sexualidad cuando fue rebajada de la práctica de la sodomía a una suerte androginia interior, de hermafroditismo del alma. El sodomita era un relapso, el homosexual es ahora una especie” aunque este no recura necesariamente a prácticas sexuales de penetración.
Y por su puesto, porque si parece claro y se admite la legitimidad de sentirse “otro” independiente de las características fisiológicas, para los transgenero (y habló de los que fueron, son y serán) la construcción de mujer no se desarrolla sobre la base del sexo biológico, la importancia de lo simbólico puede adquirir una nueva dimensión en la ruta de su experiencia; Einar no soñó tener senos o vagina en vez de pene, quería ser esposa, menstruar, ser mama de manera natural. En ese ámbito psíquico se empieza a replantear el mundo preguntas como ¿qué es ser mujer u hombre y en qué se basa esa supuesta identidad de género? Será que como decía Nietzsche “el sexo es una trampa de la naturaleza para no extinguirse?” entonces, ¿qué podemos decir de la sexualidad la cual no está condicionada genéticamente?
Lo cierto es que Lili seguía las ideas feministas de Haraway quien sentía un rechazo a la división sexo/genero por considerar que conduce a terribles consecuencias en la historia del ser humano, el travesti y el transgénero son agentes subversivos no necesariamente diferentes entre sí aunque la sociedad así lo quiera plasmar por el código heterosexual, social impuesto.
De esto nos habla la película, sin duda podríamos tomar sucesos y pensarnos el ser sexuado y/o sexualizado de diversas maneras ya sea dentro de la corriente feminista y sus vertientes, como su contra parte, pero entremos a lo técnico de la obra.
La película es fuerte en los recursos mecánicos, la dirección es elegante, la fotografía, el manejo de cámara, el audio, son elementos dignos y realizados sin duda por profesionales que les encanta la historia y grabar sobre ciertas épocas ya no tan remotas pero tampoco tan distantes, un encuadre del mundo moderno y sus “atributos” occidentalizados.
Lo mejor son los actores, sino fuera por una presión social que traería consecuencias y criticas difícil de curar para Hollywood, el Oscar 2016 a mejor actor se lo debería llevar Eddy Redmayne sobre un Leonardo DiCaprio, muy bueno generalmente, pero por desgracia para él siempre superado por alguien más. Redmayne muestra una mujer en todo su potencial y un hombre “como la sociedad lo impone”, un actor intachable que se convierte en uno de los mejores de esta nueva era cinematográfica, en la película es aún superior cuando los dos personajes interactúan al tiempo. Y claro, habló por Alicia Vikander quien hace de Gerda la esposa de Einar y amiga de Lili.
La historia es lenta y puede aburrir aquellos que no disfrutan de un gesto, y de un tratamiento poderoso, y aunque da mucho sobre lo cual reflexionar y aprender, el guion no es bueno y lo dificulta, aún así es propio para pensar que “la locura no se puede encontrar en estado salvaje. La locura no existe sino en una sociedad, ella no existe por fuera de las formas de la sensibilidad que la aíslan y de las formas de repulsión que la excluyen o la capturan” (Michael Foucault).
Adrián Cantor
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