Una buena familia americana recibe una caja de un misterioso personaje que les invita a ser millonarios a cambio de que un desconocido muera; este dilema moral parecía ser un buen inicio y consigue tensionar al espectador; pulsamos o no lo pulsamos?
A partir de esta inverosímil propuesta se desencadena una trama que sin ningún sentido aglutina un batiburrillo de teorías de la conspiración, reflexiones religiosas, marcianos, psicología barata y thriller policiaco.
Parece que Richard Kelly está más preocupado para sorprendernos con cada giro de guión que con darle entendimiento y coherencia al film, esto provoca que la película se vaya complicando hasta un punto que llega a aburrir. Podría parecer un film de David Lynch, pero carece de su estilo y estética. Encima el film va cargado de teorías de psicología-ficción y mensajes morales que no aportan nada.
En el despropósito general no se salva ni la música, ya que se nota su forzada intención de generar el ambiente deseado por el director
Puestos a intentar buscar algún aspecto positivo del film, cabría destacar la simplemente correcta interpretación de Cameron Diaz y James Marsden.