Vamos a ser sinceros, la banda sonora de Van Morrison es tan bestial y omnipresente que en muchas ocasiones reduce la película a algo anodino y no es que la película lo sea, ni mucho menos, solo que en ocasiones no está a la misma altura del autor irlandés nacido en Belfast, al menos a mí, en ciertas ocasiones me apetecía mas escucharle que ver lo que sucede en la pantalla, no te digo más.

Por lo demás la película está bien y se deja ver, hay momentos bellos y divertidos, sobre todo los que tienen que ver con los abuelos interpretados por Judi Dench y Ciarán Hinds que están magníficos, bueno, todo el reparto lo está. Pero también hay momentos que el conjunto desfallece y aunque venga a rescatarlo Van Morrison, la cosa no acaba de despegar al menos en lo que tiene que ver con la emoción o la empatía con los personajes que en ocasiones parece impostada.

Con todo, merece la pena dejarse seducir por esa calle, casi un callejón de Belfast, donde la vida continúa a pesar de que la política y la religión intentan hacerles la vida imposible.